
Cómo almacenar productos peligrosos y residuos
... llevar a cabo operaciones de limpieza de equipos y zonas de trabajo.
No importa cuál sea el caso, ya que en todos ellos es muy importante prestar especial atención al almacenamiento de estos productos evitando al máximo los riesgos, ya que de ello depende la seguridad de las instalaciones de la empresa y del personal que trabaja en ellas.
Diferencias entre productos y residuos peligrosos
Antes de hablar del almacenamiento de los productos peligrosos o químicos, es importante hacer una diferenciación, y es que no se habla de lo mismo cuando se hace referencia a materiales o productos peligrosos/químicos, que cuando se habla de residuos peligrosos, por lo que resulta necesaria una aclaración.
Cuando se habla de productos peligrosos, se hace referencia a sustancias o mezclas de varias, que pueden presentar riesgos en la salud y en la seguridad de las personas que los manipulan o para el medio ambiente. Esto se debe a sus propiedades fisicoquímicas, químicas o toxicológicas, o a la forma en la que se utilizan o almacenan.
En cuanto a los residuos peligrosos, se trata de desechos que presentan riesgos para la salud de las personas o para el medio ambiente, también por sus propiedades. En este caso se hace referencia a derivados de actividades profesionales y también domésticas cotidianas, por lo que es importante saber cómo manejarlos.
Dentro de este último grupo se incluyen los desechos hospitalarios y biológicos, como jeringuillas, fluidos corporales, vacunas…etc., desechos industriales, como disolventes, aceites usados, baterías, colorantes…etc., desechos de actividades agropecuarias, como plaguicidas o funguicidas, o desechos mineros, entre otros.
Almacenamiento de productos químicos peligrosos
Volviendo al grupo de los productos químicos peligrosos, es importante destacar que su almacenamiento en las empresas que los requieren para el desarrollo de sus actividades, es muy importante. Las instalaciones en las que se almacenan los mismos, deben cumplir unos estrictos requisitos de seguridad, ya que se tratan como mercancías peligrosas.
Los riesgos que corre un almacén al albergar productos químicos están directamente relacionados con las características de los mismos. El nivel de peligro siempre depende del volumen de producto, la clase del mismo, la organización y distribución del mismo, las condiciones de almacenamiento y el uso que hacen del mismo los trabajadores.
Como no podía ser de otra forma, el almacenamiento de este tipo de productos, está regulado por normativas de seguridad específicas de cada país europeo, aunque todas están basadas en un reglamento común aprobado por la UE. Estos son algunos de los aspectos que deben tenerse en cuenta.
En primer lugar es importante determinar el nivel de peligrosidad de los productos que se almacenan, y para ello cada sustancia debe ser perfectamente identificada. Al respecto es preciso señalar que todos los productos químicos que se almacenen, deben tener una ficha de datos de seguridad.
Por otro lado, las condiciones de almacenaje siempre deben ser las óptimas en estos casos, y ello depende de la clase de químico. Los mismos se diferencian en 9 clases diferentes: amoníaco anhidro, cloro, fertilizantes a base de nitrato amónico, gases comprimidos y licuados a presión, líquidos corrosivos, líquidos inflamables y combustibles, líquidos tóxicos, óxido de etileno y peróxidos orgánicos.
Una vez que se han identificado y clasificado los productos, es momento de acudir a la normativa general Reglamento de Almacenamiento de Productos Químicos (RAPQ) y a las Instrucciones Técnicas Complementarias MIE APQ en España, ya que es donde se encuentran las directrices de seguridad a cumplir.
Entre los aspectos que se tratan en estas normas e instrucciones, se encuentra como debe ser el diseño y la construcción del almacén, los envases y recipientes que se deben utilizar para el almacenamiento, los sistemas de monitorización de las condiciones a utilizar, las revisiones periódicas a realizar…etc.
Además de todo esto, también es de vital importancia conocer la compatibilidad de los productos químicos a almacenar, ya que las sustancias pueden reaccionar entre ellas en caso de que se produzca algún tipo de accidente. Es importante seguir estas medidas de seguridad para que evitar problemas mayores.
También es fundamental que la empresa garantice la manipulación segura de todos los productos químicos, y para ello hay que formar de una manera adecuada a los trabajadores en prevención de riesgos laborales (PRL). De esta forma los mismos conocen las propiedades de los químicos y como deben usarlos y actuar.
Por último, pero no por ello menos importante, también se debe desarrollar un plan de emergencia para el almacén de productos químicos, el cual se debe seguir en caso de emergencia o accidente, como por ejemplo un incendio, un derrame, alguna fuga de sustancias…etc.
Almacenamiento de residuos peligrosos
A la hora de almacenar residuos peligrosos también hay que tener en cuenta diversos aspectos, y es que al igual que en el caso anterior, también existe una normativa que regula el almacenamiento de los mismos. Al igual que en el caso anterior, lo más importante es tener clara la clasificación de cada uno de ellos para saber cómo actuar.
Esta normativa afecta a todos los productores de residuos peligrosos, independientemente de que sean organismos públicos o particulares. De la misma manera, todos los productores de residuos tóxicos y/o peligrosos, tienen las mismas obligaciones, las cuales están recogidas en la normativa.
Entre las mismas se encuentran las de almacenar los residuos en condiciones de higiene y seguridad adecuadas, no mezclar ni diluir unos residuos con otros ni con otras sustancias o materiales, y almacenar estos residuos siempre según recoge la normativa vigente, entre otros aspectos.
Por otro lado hay que destacar que antes de almacenar los residuos peligrosos, los mismos deben separarse por categorías, para de esta forma no aumentar su peligrosidad. Cuando los mismos ya se han organizado de una forma adecuada, es momento de envasarlos según las pautas establecidas.
En último lugar se sitúa la identificación de los residuos peligrosos, siempre conforme al Reglamento (CE) nº 1272/2008 sobre clasificación, envasado y etiquetado de sustancias y mezclas (CLP).
Como se puede comprobar, el proceso a seguir para almacenar tanto productos peligrosos como residuos peligrosos, es bastante parecido. Esto se debe entre otras cosas, a que nos encontramos ante sustancias o elementos que pueden presentar riesgos en la salud y en la seguridad de las personas que los manipulan o para el medio ambiente, esta es precisamente su característica común.
Contenedores para almacenar productos y residuos peligrosos
Pero esta no es la única característica común que tienen, ya que también comparten los contenedores que se deben utilizar para su almacenaje. En ambos casos la mejor alternativa al respecto son los cubetos, que son unos contenedores metálicos o de otro material, fijos o móviles, que permiten su almacenaje con total seguridad.
Como ya se ha mencionado, existen diferentes tipos de cubetos, en concreto se puede diferenciar entre cubetos fijos y cubetos móviles. Su diferencia es que unos están enfocados a facilitar la recogida de productos o residuos peligrosos en un punto, y otros se pueden trasladar de una manera más sencilla.
A la hora de elegir el cubeto más adecuado para el almacenamiento de productos o residuos peligrosos, hay que tener en cuenta diversos aspectos. En primer lugar es muy importante que el cubeto sea estanco y resistente a la sustancia que almacena, de esta forma será capaz de retener un posible derrame de los envases.
Lo cierto es que no hay un sistema o combinación de varios específicos para este fin, ya que esto siempre dependerá de la sustancia que se almacena, el volumen de la misma y su forma de almacenamiento. Además de ello también dependerá el tamaño de los recipientes o las operaciones de manipulación a realizar.
Sin embargo sí que existen algunas normas que se pueden poner en práctica, como por ejemplo utilizar cubetos que sean el 100% de la capacidad del recipiente mayor y 10% de la capacidad total almacenada en el cubeto. El criterio a aplicar en cada caso, siempre será el más severo de todos.
En cuanto al material del cubeto, siempre debe ser resistente a la sustancia que almacena. Uno de los más típicos es el acero, como por ejemplo los Cubetos colectores de acero, que están fabricados en chapa de acero de 2,5 mm. Además cuentan con acabado galvanizado por inmersión en caliente.
Estos cubetos de acero cumplen todas las disposiciones constructivas exigidas en el almacenamiento de productos líquidos y sus instrucciones técnicas complementarias según R.D. 379/2001, por lo que permiten el almacenaje de productos o residuos químicos o peligrosos con total seguridad.
Factores que incrementan riesgos
En último lugar, y después de conocer que son los productos y los residuos peligrosos y cómo deben almacenarse, es preciso destacar algunos de los factores que pueden incrementar los riesgos en su almacenaje. Por supuesto es fundamental que estas instalaciones los eviten para no ser todavía más vulnerables.
El mal mantenimiento de las instalaciones está directamente relacionado con mayores riesgos a la hora de almacenar productos o residuos peligrosos. Por otro lado una mala organización y distribución de las sustancias en los recipientes, también contribuye a aumentar los riesgos en los almacenes de estas características.
Por supuesto entre los factores también hay que incluir el nivel de peligrosidad de las sustancias a almacenar, así como la cantidad de ellas. Por último el comportamiento y la responsabilidad de los trabajadores también pueden influir mucho en estos riesgos, así que es vital que sean adecuados.
Para evitar estos factores, lo más recomendable es acondicionar las instalaciones y almacenar siempre las sustancias de forma correcta. Además es importante disponer de una buena ventilación, evitar focos de calor, utilizar cierres resistentes al fuego, tener los accesos despejados, contar con instalaciones eléctricas antiexplosivas, disponer de medidas contra incendios, contar con sistemas de drenaje y utilizar contenedores y armarios óptimos, entre otras.